Sí, Virginia, este es un buen disco. Faraones de la burla y caciques en desmoronar la tragedia humana de la realidad cotidiana, con este segundo disco The Dresden Dolls se erigen como verdaderos maestros de su oficio. No es para menos, pocos son los que tras semejante debut deciden no seguir la misma línea y salen bien parados, a la mayoría les tiembla la mano o les da frío en el pecho.
Ser pesimistas en un mundo como el nuestro, y más aún en un país de segunda, es de las cosas más sencillas que hay. Apuesta a que algo saldrá mal, apestará o no cumplirá las expectativas y por mera probabilidad difícilmente errarás. Algunos esbozamos una sonrisa ante la ironía, pero para quienes esperan nutrir la estadística y llegar a los 75 años de vida resulta un escenario poco reconfortante.
Ante tan desoladora pintura más de alguno se preguntará ¿Cuál es el punto? ¿Hay algo más? Es en este momento cuando el "Yes, Virginia..." mejor sale a relucir como una confirmación melancólica por el optimismo que muchas veces resulta necesario. En ocasiones simplemente hace falta cantar...
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