Apenas van diez discos y seguro más de alguno ya se cansó de que todos sean la piedra filosofal. Me tendrán que disculpar, pero este verdaderamente lo es. Un monolito erigido en honor a todo lo que es bello, una pasada. No me sorprendería que alguien se este sintiendo ofendido por la osadía de Garm. Mucho leer y poco bajar no es bueno para el espíritu.
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