Cuando se urga en las vanguardias es posible encontrar joyas hermosas, sin embargo también es común encontrar abortos aberrantes producto de "artistas" que intentan esconder su falta de talento bajo el manto de la experimentación. Estetas posmodernos colmados de "otredad", timoratos cuyos alardes compositivos denotan su ineptitud. Nada me molesta más que el uso de esa clase de sofismas.
Afortunadamente este es un disco que se contrapone a las argucias antes mencionadas. Un monolito musical que se impone y, rompiendo patrones, no permite ser acotado. Una bestia haciendo valer su voluntad sin miramientos. Que se jodan todos.
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