Fue como el estruendo del martillo en el acero, apenas leí "Walter Sickert & The Army of Broken Toys" vinieron a mi mente destellos de cuando perdía mi tiempo estudiando la preparatoria y mi efímera afición por los asesinos seriales. Es curioso como la información es ordenada por nuestra mente, acechando, esperando el mejor momento para disparar todo tipo de memorias. Walter Sickert está en la larga lista de individuos(arriba de 25) que han sido acusados de ser Jack el destripador, aunque en el caso de Sickert ha sido ampliamente desmentido; además Sickert es recordado por participar en la transición del impresionismo al modernismo.
No tenía idea de la bestia que me encontraría, pese a mi ignorancia mi deseo era trepidante, probablemente avivado por la embriaguez de recuerdos que padecía. El golpe está vez fue mucho más amable, no obstante apenas termino la primera canción mi mente ya se había instalado en nuevas latitudes. Vaya disco, una delicia de principio a fin. Sin lugar a dudas la constante en el disco es la melancolía, muy bien acompañada por el violín y la harmónica y aderezada por toda clase de sonidos provenientes de un ejercito de juguetes, presumiblemente rotos.
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