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jueves, 29 de septiembre de 2011

Amesoeurs - Amesoeurs


There are times when I look at people and I see nothing worth liking... Si bien no recuerdo la fuente original, la anterior es una oración que sin mayores dificultades ha logrado permanecer en mi mente. He vivido en pueblos enclavados en la sierra, a unos cuantos metros de la playa, en ciudades de todos tamaños. He convivido con personas de todos los estratos sociales y niveles educativos. Pese a ello mi desazón es la misma, pocos son los individuos en los que encuentro algo que pueda apreciar. La mayoría nunca se detienen ha preguntarse cosas tan fundamentales como ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde quiero ir?

Cuando se habla de modernidad suele hacerse incapie en las comodidades y conveniencias fruto del desarrollo tecnológico, en el "progreso". Paradojicamente quienes suelen proferir esa clase de discurso son individuos con nulo conocimiento relacionado con el desarrollo de tecnología o la ciencia. Son la clase de individuos que habrían sido felices durante el oscurantismo y dada su condición, se esfuerzan en ignorar la realidad. Basta caminar un poco por la calle, viajar en el metro o simplemente asomarse por la ventana para ver que la miseria, la opresión y la soledad, y no precisamente la física, son igualmente características de la vida urbana.

Pese a ello me agradan las ciudades. La razón es simple, solo en ellas se puede percibir todo lo que es humano, son una mezcla entre la cultura y la tecnología, lo voluptuoso y lo sutil, lo bajo y repugnante, la ignorancia y la mediocridad. En mi opinión, el verdadero placer de apreciar, radica en ver el objeto tal como es, con cualidades y defectos, en encontrar la belleza, la perfección en la imperfección misma. En ocasiones me resulta risible como algunos críticos pretenden saber las intenciones del autor. Por mi parte, y lejos de ser un crítico, prefiero hablar de las sensaciones y reflexiones que tengo mientras escucho este disco. Acaba de iniciar Au Crépuscule de Nos Rêves lo cual indica que le quedan menos de 10 minutos al disco, definitivamente es momento de dejar de escribir y disfrutar a plenitud los pocos minutos restantes de esta obra de arte. Uno de mis discos favoritos como podrán darse cuenta.
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